El debate sobre el presupuesto de la ciudad no es exclusivamente un tema de cifras. Es también una discusión política sobre la gestión de las entidades que administran recursos públicos, y que tienen como propósito atender problemas puntuales que afectan la vida de los bogotanos. Por esa razón, mi análisis del presupuesto se centró en aspectos fundamentales de la política social y ambiental de la ciudad: en el estado financiero de la Universidad Distrital, la universidad pública que hace presencia en los sectores populares de la ciudad; en la infraestructura educativa que prometió esta administración, así como en los avances en la jornada única; en los espacios para cuidar a la primera infancia; en las obras culturales y la protección de la naturaleza; y en la atención a las víctimas del conflicto armado que residen en Bogotá.
¿Quién vigila a los 2764 jardines privados que hay en Bogotá?
Hoy no existe un seguimiento continuo y permanente a los jardines privados en Bogotá. La vigilancia a los 2764 jardines privados, aparentemente legales, que tiene Bogotá, no permite a la administración definir si un proyecto pedagógico es adecuado, si las instalaciones cumplen los requisitos normativos e incluso si un jardín es pirata.
¿Peñalosa le va a cumplir a la primera infancia?
De los 571.000 niños que habitan en Bogotá, únicamente el 43% asiste a un jardín u hogar comunitario, es decir, 250.000 niños. De los 321.000 niños restantes que no reciben atención institucional, el 62% vive en hogares de estrato 1 y 2. En ese escenario, Peñalosa se plantea construir 13 jardines, pero sólo uno está en obra a un año y medio de su gobierno.