El debate sobre el presupuesto de la ciudad no es exclusivamente un tema de cifras. Es también una discusión política sobre la gestión de las entidades que administran recursos públicos, y que tienen como propósito atender problemas puntuales que afectan la vida de los bogotanos. Por esa razón, mi análisis del presupuesto se centró en aspectos fundamentales de la política social y ambiental de la ciudad: en el estado financiero de la Universidad Distrital, la universidad pública que hace presencia en los sectores populares de la ciudad; en la infraestructura educativa que prometió esta administración, así como en los avances en la jornada única; en los espacios para cuidar a la primera infancia; en las obras culturales y la protección de la naturaleza; y en la atención a las víctimas del conflicto armado que residen en Bogotá.
Más colegios por concesión no resuelven los problemas de la educación pública
Aumentar el número de los colegios por concesión no es el camino para resolver los problemas de la educación pública. Lo que nos muestran las cifras de la propia secretaría de educación es que los colegios públicos pueden ser capaces de encontrar soluciones si cuentan con recursos y apoyo para los maestros. Por eso, defiendo aquí mi postura de que los recursos públicos que se están destinando para construir infraestructura educativa deben estar orientados a garantizar la jornada única en los colegios públicos
Le doy un no rotundo a la incapacidad de la administración de poner en marcha sus programas
Dije que no a la venta de la ETB, al analfabetismo ambiental detrás de la intervención de la reserva Van Der Hammen, a la incapacidad de poner en marcha la jornada única, a las prórrogas de los contratos de Transmilenio y a la falsa reforma a la salud.
Jornada única en Bogotá: un derecho de pocos
De los 394 colegios distritales que hay en la capital, solo 34 tienen implementada la jornada única y apenas 6 de esas instituciones están repartidas en las 5 localidades donde paradójicamente se concentra la mayor pobreza de la ciudad.
Rendición de cuentas del segundo semestre de 2012
Trabajamos por una Bogotá más justa, gobernada con equidad, eficiencia y sin despilfarro ni corrupción.
Una voz independiente, atenta a las demandas ciudadanas
He tratado de desempeñar mi labor como concejal de Bogotá con independencia y rigor. Siempre, procuro interpretar la voz de la ciudadanía. He dedicado la mayor parte de mi tiempo a escuchar la ciudad, a comprender los problemas de la ciudadanía y a explicar los vacíos o peligros que afectan la calidad de vida de los bogotanos. Con el apoyo de mi equipo, he adelantado una labor intensa y juiciosa para analizar los temas, proposiciones y proyectos de acuerdo que se han debatido en plenaria y en las comisiones.